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Un verdadero soldado no porta armas ni uniformes, porta la esperanza de un pueblo y la libertad de una nación.

martes, 14 de enero de 2020

EL ARBOL DE LOS FRUTOS


   Fortalecido lunes amigos. La bendición de Dios y nuestras Santas Madres. Tiempo sin escribir por esta vía. Hoy no sé cómo catalogar este escrito, tal vez, cuento, historia, fábula o reflexión, pero allí le vamos. 
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 Había un gran árbol en un vasto desierto en donde el sol era inclemente, las temperaturas en sombra eran de casi 40°. Por un costado de dicho árbol pasaba un riachuelo que le servía de fuente para obtener los nutrientes del suelo y mantenerse frondoso y dando muchos frutos. Poco a poco bajo sus sombras se acobijaban muchas personas que andaban de paso por  la vía, de diferentes estratos sociales y profesionales. A muchos o a la gran mayoría les gustaban la sombra que daba ese árbol cargado de frutos, también  los frutos pero eran pocos los que disfrutaban de los mismos porque eran los más ágiles que podían correr y tomar los mismos. Todos si querían probar del delicioso alimento que generaba ese árbol y se llegó hacer una reunión para que todos los probaran. Las estrategias no faltaron, unos les tiraban piedras, pero el riesgo estaba que esas piedras golpeaban a muchas personas al caer las mismas por efecto de la gravedad. Otros optaron por subirse a ese árbol, caían muchos frutos, muchos degustaban los mismos, pero aún quedaban personas por disfrutar del preciado alimento. Quienes subieron, no pudieron subir más por los delgadas que se iban haciendo las ramas más altas. Empezaron a discutir por que no era justo que no todos pudieran probar el exquisito fruto, y entre discusiones y tomas y diretes se fueron caldeando los ánimos, y bueno se formó la algarabía. De repente otras personas que pasaban por la vía, viendo lo que sucedía se acercaron a preguntar porque discutían, y por supuesto casi todos empezaron a decir sus razones al mismo tiempo pero estas personas no las entendía. Ellos les pidieron que escogieran a una persona que tomara la palabra en representación de ellos para así entender mejor las cosas. Al ser fluida la comunicación, estas personas que pasaban por el lugar se ofrecieron a ayudar, pero lo hacían si todos tomaban la Decisión de Organizarse para así dar satisfacción a todos. Pero de nuevo se formó otra vez la algarabía, todos casi al unísono comentaban sus ideas pero era difícil de entender, pues como era obvio, la comunicación se dificultaba. Preguntaron de nuevo estas personas que querían ayudar, ¿cómo podemos hacer para entenderles mejor? Muchos o la gran mayoría se vieron a las caras y comenzaron a entender que si tenían la ayuda al frente, había que buscar alguna forma clara, sencilla y entendible cual era la ayuda que ellos necesitaban para que todos probaran de los frutos que daba aquel inmenso árbol. Muchos quisieron ser protagonistas, pero solo complacerían a los más cercanos a ellos y por ende la gran mayoría se molestarían. Así se perdía tiempo, pues estas personas debían seguir su camino y se les hacía tarde. . Por la necesidad de todos, se reunieron y quedaron de acuerdo en decir a una sola voz que era lo que necesitaban, y así con voz clara, al unísono, le informaron a quienes pasaban por el lugar que era lo que querían y necesitaban para obtener los frutos del inmenso árbol. Éstos lograron entenderles, prestaron la tan valiosa ayuda y continuaron con su camino.


Moraleja: No dejemos que uno o unos pocos decidan por todos.
 Hay que decidir y organizar.
No sé si les aburrí con mi escrito de hoy, pero aquí se los dejo.
 Mi pensamiento:
  Para conquistar nuestra libertad, primero debemos conquistar el Everest de nuestros miedos.

@erqmanes


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